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lunes, 16 de abril de 2012

Sobre el reportaje como género


Considerado el más acabado de los géneros periodísticos, "el más completo y complejo", en palabras de Eleazar Díaz Rangel, el reportaje ocupa un lugar destacado dentro del abanico de formas expresivas del periodismo contemporáneo.
Quizás por su importancia y por la particular atención que se le presta como género, ha sido difícil resumirlo en una sola definición dado que, como bien han señalado en distintos momentos  estudiosos del periodismo,  la mayoría de las definiciones del género han resultado contradictorias, bien sea a la hora de precisar sus campos de acción, como a la hora de deslindarlo de otros géneros como la reseña, la entrevista, e incluso formas literarias como el ensayo.
Autores como Martín Vivaldi reconocen su condición de género periodístico por excelencia, pero incurren en la exageración de sostener que todo lo que no sea comentario, crónica, artículo  es reportaje. Lo que equivale a decir equivocadamente que  todo aquello que no es noticia es reportaje.
Si nos atenemos a la definición resumida en la Enciclopedia Larousse, tenemos:
”Género periodístico consistente en el relato de unos hechos por un reportero, con el testimonio lo más directo posible de los mismos...Los dos acontecimientos que polarizaron la atención de la prensa más avanzada (técnica y lingüísticamente) del s. XIX, y que iniciaron el camino del reportaje, fueron la Guerra de Secesión norteamericana y la Guerra de Crimea (...) La estructura del reportaje, como género informativo-narrativo, ha sido aprovechada por la totalidad de los grandes medios de comunicación de masas: reportaje gráfico, televisivo, radiofónico, cinematográfico, etc., y ha influido en la literatura merced al origen reporteril de buena parte de novelistas norteamericanos del s. XX, y también sobre cierto tipo de ensayo, en el que predomina el nivel informativo sobre el especulativo”.

La guerra de Crimea, segunda mitad del siglo XIX


Julio del Río (1978) lo define como un género periodístico que consiste en “narrar la información sobre un hecho o una situación que han sido investigados objetivamente y que tiene el propósito de contribuir al mejoramiento social” (p. 77).
De acuerdo al concepto ofrecido por Eleazar Díaz Rangel, el reportaje "puede ser definido como la relación exhaustiva, en profundidad, de un hecho noticioso, resultante de la investigación y el análisis del periodista, pero igualmente puede ser un relato de un acontecimiento determinado de interés público, vivido por el autor" (p. 96).
De esta manera, Díaz Rangel asume dos posibilidades de elaboración para el reportaje:
- Relación exhaustiva, en profundidad de un hecho noticioso sustentado en la investigación.
- Relato de un acontecimiento vivido por el autor y cuya proyección sea de interés público.
En ambos casos, el reportaje tiene como característica la de ser resultado de un trabajo de investigación y de abordaje de los hechos o acontecimientos en profundidad.
Earle Herrera concibe a este género periodístico (el reportaje) como “la relación integral de un hecho o acontecimiento, luego de ser investigado, analizado e interpretado rigurosa y exhaustivamente, ubicándolo en una perspectiva que permita comprender el todo y las partes y su interrelación, así como sus causas y consecuencias” (p. 40).
Herrera reconoce que su definición de reportaje corresponde al reportaje interpretativo, dado que -si bien hay que reconocer que existen otros tipos de reportajes- la interpretación debe ser condición imprescindible de toda forma de expresión periodística en la sociedad de hoy.
El reportaje es algo más que una noticia larga o detallada, como en ocasiones se ha generalizado. Se diferencia claramente de la noticia no sólo por su extensión, sino también porque su función escapa a la simple relación pormenorizada de un hecho. El reportaje indaga en los antecedentes, contextualiza el hecho en sus dimensiones presentes y sus consecuencias futuras; pone de relieve la proyección social de ese hecho.
Además, su estructura responde tanto a la articulación de ideas, datos y argumentaciones sólidas (basadas en la reflexión y en la investigación), como a un cuidado en la forma y en el decir. Todo ello lo convierte en la forma más acabada  del periodismo de nuestro tiempo.
Enrique Castejón Lara (1992) recuerda que Federico Alvarez, en sus clases de Periodismo Informativo en la Universidad Central de Venezuela, solía llamar al reportaje el género ensalada: es decir, aquel que reúne y combina todos los demás géneros. De modo que en un reportaje podemos encontrar, en total y armónica coexistencia, noticias - como manejo esencial de hechos nuevos, actuales y de interés social -, encuestas, entrevistas  y reseñas. Esa complejidad, por supuesto, hace al reportaje versátil, por lo cual puede ser adoptado a diversas circunstancias y funciones (p.109).
Género complejo, exigente, el reportaje tiende a mezclarse y confundirse con otros géneros como la crónica. Bien vale la observación del periodista colombiano Daniel Samper Pizano:
“En realidad el reportaje moderno es hijo de la entrevista y la crónica, con la catalizadora influencia del cine. Y muchas veces resulta difícil separarlo por completo de sus progenitores. Son fronteras borrosas las que se tienden entre ellos, y con frecuencia se escriben notas que podrían ser reportajes acronicrados o entrevistas con rasgos de reportaje. A su vez, son distintos los tres de la noticia directa, austera e impersonal, donde no queda espacio para intentar formas más complejas de comunicación o lucimiento” (p. 14).

Referencias

-        Castejón, Enrique (1992). La Verdad  Condicionada. Caracas: Corprensa.
-        Del Río, Julio (1978). Periodismo Interpretativo: El reportaje. Quito: Editorial. Epoca.
-        Díaz Rangel, Eleazar (1978). Miraflores fuera de juego. Periodismo, Política y Deportes. Caracas: Editorial Lisbona.
-        Herrera, Earle (1991). El reportaje, el ensayo. De un género a otro. Caracas: El Dorado Ediciones.
-        Nueva Enciclopedia Larousse (1981), tomo 9. Barcelona: Editorial. Planeta.
-        VVAA (2001). Antología de grandes reportajes colombianos. Selección y prólogo de Daniel Samper Pizano. Colombia: Aguilar.

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