Entre los géneros periodísticos, quizás sea la crónica el más híbrido y difícil de clasificar. A caballo entre la reportería, la investigación y la creación literaria; considerado por unos como expresión del periodismo de opinión y por otros como el reino de la interpretación; la crónica viene con la historia misma, desde la huella de los cronistas indianos de los siglos XV y XVI hasta los llamados “nuevos cronistas de Indias” del periodismo latinoamericano, los reporteros y periodistas que han reivindicado lo mejor del oficio: su capacidad para narrar y darle voz a la gente de la calle y a la vida de todos los días. La crónica, el buen periodismo, van a contracorriente de las modas y del poder, son una forma de dejar constancia del asombro, la indignación, la desmesura, la esperanza.
En nuestra clase, nos centramos en algunos aspectos históricos y formales del género:
Género exigente y total, la crónica, "género escurridizo" como lo califican algunos, es el más libre pero también el más atado a los rigores de la escritura y de eso que algunos buscan sin alcanzar: “la voz”, el tono personal que no por ello supone el protagonismo del periodista ni la tentación de inventar.
“Tengan algo para decir”, escribe la periodista argentina Leila Guerriero en un movilizador texto (2011) sobre la escritura y sus exigencias, sobre la crónica y que bien puede ser inspirador para quienes, como los jóvenes estudiantes de periodismo, se inician en estos caminos. Aquí algunos de sus retos:
“Sean invisibles: escuchen lo que la gente tiene para decir. Y no interrumpan. Frente a una taza de té o un vaso de agua, sientan la incomodidad atragantada del silencio. Y respeten”.
“Sean curiosos: miren donde nadie mira, hurguen donde nadie ve. No permitan que la miseria del mundo les llene el corazón de ñoñería y de piedad”.
“Sepan cómo limpiar su propia mugre, hacer un hoyo en la tierra, trabajar con las manos, construir alguna cosa. Sean simples pero no se pretendan inocentes. Conserven un lugar al que puedan llamar ‘casa’”.
“Tengan paciencia porque todo está ahí: sólo necesitan la complicidad del tiempo. Aprendan a no estar cansados, a no perder la fe, a soportar el agobio de los largos días en los que no sucede nada”.
“Maten alguna cosa viva: sean responsables de la muerte. Viajen. Vean películas de Werner Herzog. Quieran ser Werner Herzog. Sepan que no lo serán nunca”.
“Pierdan algo que les importe. Ejercítense en el arte de perder. Sepan quién es Elizabeth Bishop”.
“Resístanse al deseo de olvidar”.
“Cuando pregunten, cuando entrevisten, cuando escriban: prodíguense. Después, desaparezcan”.
“Acepten trabajos que estén seguros de no poder hacer, y háganlos bien. Escriban sobre lo que les interesa, escriban sobre lo que ignoran, escriban sobre lo que jamás escribirían. No se quejen”.
El texto completo de Guerriero (“Arbitraria”. En El Malpensante, N° 119, mayo 2011) puede
leerse en el siguiente enlace:
Sobre este tema también recomendamos los siguientes
textos:
- De la Hoz Simanca, Jaime y Saad Saad, Anuar (2001). “La crónica”. En Sala de Prensa, N° 36, Año III. Vol. 2, octubre. Disponible en Internet:
- González Veiguela, Lino (2012). “Diccionario de la crónica hispanoamericana”. En FronteraD.com, 01-05-2012. Disponible en:
- Gil González (2004). “La crónica periodística. Evolución, desarrollo y nueva perspectiva:viaje desde la historia al periodismo interpretativo”. En Global Media Journal en español, Vol. 1, primavera 2004, N° 1. Disponible en:
- Guerriero, Leila (2010): “(Del arte de) contar historias reales”. Diario El País, Suplemento Babelia, Madrid, sáb. 27-02-2010, p. 8. Disponible en:
- Hevia, Elena (2011). “En la estela de Kapuscinski”. En El periódico de Catalunya, Barcelona, 14-03-11, p. 48. Disponible en:
- Salcedo Ramos, Alberto (2011). “Consejos para un joven que quiere ser cronista”. En El Malpensante.com, N° 125, noviembre. Disponible en:
- Villoro, Juan (2006). El ornitorrinco de la prosa. Diario La Nación, Argentina, domingo 22-01-06. Disponible en:
Del libro de Juan Villoro (2005): Safari Accidental. Joaquín Mortiz.
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